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El proyecto EFFIREM aparece en El Mundo Castilla y León, Diario de Valladolid, para dar a conocer su objetivo por una remolacha competitiva. Pueda acceder a su noticia en el siguiente enlace: acceder 

Una remolacha competitiva: El grupo Operativo Efirem persigue la reducción del coste energético del riego en el cultivo mediante medidas innovadoras de eficiencia energética y la reducción del consumo de agua.

Hacer de la remolacha un cultivo competitivo y sostenible sigue siendo la máxima aspiración del sector tras la desaparición del sistema de cuotas y el fin del actual periodo de la PAC en 2020. El coste energético supone una «seria amenaza» para esta competitividad respecto a nuestros competidores europeos, por eso, el reto se centra ahora en la disminución de esa carga para los agricultores de regadío, y en la optimización del consumo de agua. Algo que se puede lograr a través de medidas innovadoras e inversiones no demasiado costosas, que se pueden recuperar en unos años.

Este es el propósito del Grupo Operativo Efirem, coordinado por la Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera, Aimcra, desde donde se alude a un modelo energético «desfasado» que «urge» modificar. Así lo explica José Manuel Omaña, responsable de transferencia tecnológica, que insiste en que las instalaciones actuales son en muchos casos «insostenibles». Y se refiere, en concreto, a los agricultores con sondeos, que son los que mayores costes de energía soportan en la comunidad, en torno a los 1.000 euros por hectárea y año. Es decir, un tercio de lo que gastan se destina a la energía para regar.

Un planteamiento que, según el sector, invita a reflexionar sobre el futuro de un cultivo que, sin ayudas, «no podría sobrevivir». Eso es algo que todos tienen claro, especialmente en un momento tan delicado como este, en el que los precios de venta del azúcar alcanzan cotizaciones históricamente bajas. Una situación que está provocando importantes pérdidas para las industrias, y crea cierta incertidumbre sobre su posible repercusión en el precio que se paga al agricultor. Todo ello, en una campaña muy complicada desde el punto de vista agronómico.

El responsable de transferencia tecnológica de Aimcra afirma que la remolacha «es competitiva en España», aunque advierte también de que «hay que hacer los deberes» para afrontar el handicap de unos costes que «un europeo no tiene». En este sentido, el Grupo Efirem, recientemente constituido, quiere llevar a cabo un proyecto de eficiencia energética que va a ensayar en campos de distintas comunidades, al menos la mitad estarán en Castilla y León, para implementar puntos de mejora.
Omaña afirma que «en la mayoría de los casos» se puede lograr un ahorro del coste energético entre el 60% y el 75%, un hecho clave si se quiere garantizar el futuro del sector, especialmente en estas zonas de sondeos y perforaciones profundas donde regar es mucho más caro. En este sentido, apuesta por un «cambio del modelo energético» en esas zonas, donde existen instalaciones de bombeo de hace más de 25 años.

El Grupo Operativo del que forman parte INEA, Universidad del Riego, Moval, como ingeniería especializada en ahorro energético, Encorelab, como empresa tecnológica, y Recursos Naturales y Estrella de San Juan, como productores agrícolas, plantea, en primer lugar, la elaboración de un informe para saber de dónde se parte, para después actuar en varios puntos.

Uno de ellos, es la facturación y contratación, donde «simplemente» tomando las «decisiones correctas» en cuanto la mejora del precio de la energía, ajuste de la potencia contratada, o los problemas con las penalizaciones administrativas, se pueden lograr mejoras de entre un 20-30%, según Aimcra. Según Omaña, el 10% de lo que pagan ahora los agricultores son sanciones, por regar en periodos no contratados. Algo que, cree, el profesional puede y debe controlar «sin un coste añadido». Elementos de mejora junto a las medidas de eficiencia hidráulica para trabajar «con menos presión», disminuyendo las pérdidas de carga en tuberías y articulando un «buen» diseño de redes. «Es importante trabajar con emisores de baja presión y pívots y coberturas», según destacan desde el departamento de transferencia tecnológica.

El proyecto que ahora se está redactando tiene un horizonte inicial de unos tres años, incluyendo la «auditoría», la mejora de la instalación y su divulgación, lo que afectaría a unas dos campañas aproximadamente. La reducción del coste energético es un «paso obligado», según los integrantes del Grupo Operativo Efirem para todo el regadío, y en especial para el sector remolachero-azucarero si quiere ser competitivo más allá del horizonte 2020.

A las distintas actuaciones en materia de eficiencia ya citadas habría que añadir la eficiencia eléctrica, con la utilización de variadores de velocidad en las bombas, y la eficiencia hídrica para «no regar más de la cuenta». Se trata de ver lo que el cultivo necesita en cada momento para ser eficiente y mejorar la producción.

Desde el área de ingeniería de INEA, Isabel González, valora también la importancia de este proyecto para todo el regadío. INEA se centra en la agricultura ecológica, por eso, insisten en que reducir costes en el riego es «clave» para sacar productos «más competitivos». El reto es abandonar técnicas de riego «poco eficaces» y reducir el consumo de agua.

El proyecto EFFIREM para la reducción del coste energético del riego en remolacha mediante eficiencia energética y reducción del consumo de agua ha sido subvencionado por la convocatoria 2020 de proyectos de innovación de interés general por grupos operativos de la asociación europea para la innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-AGRI), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 en la submedida 16.2 y área focal 5ª con un presupuesto de 585.811,64 euros y una subvención de 540.611,64 euros, siendo el 92,6% cofinanciado por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural y el 7,4% por la Administración General del Estado del Gobierno de España.

La Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA), como autoridad de gestión encargada de la aplicación de la ayuda FEADER y nacional correspondiente.

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El Grupo Operativo EFFIREM trabaja para conseguir todos los objetivos marcados.